Escribiendo Software: ejercicio de la profesión

Hacer y vender Software, es la parte más visible de dedicarse como profesión a los sistemas informáticos. A veces trabajando a sueldo para otros, a veces de forma independiente encargándonos de la construcción y la venta por nuestra cuenta.

El desarrollo de Software es una actividad de mano de obra intensiva, en la que los principales costos consisten en el pago de sueldos, que tiene una componente intelectual muy alta y ciertas particularidades inherentes al Software mismo como la duplicación a costo marginal cero, la invisibilidad, la intangibilidad, etc.

Cuando desarrollamos un Software por encargo, claramente la actividad se encuadra en la prestación de servicios. Cuando desarrollamos Software para vender en un mercado masivo sin cambios pareciera más que es una venta de productos, sin embargo dado el costo marginal cero que tiene la duplicación del Software, esto es más bien un servicio para construirlo y una actividad de distribución y comercialización posterior.

Como todo servicio, a diferencia de una actividad de manufactura, el Software está protegido por las Leyes de Propiedad Intelectual, y no como absurdamente se plantea en algunos países, por las leyes de Patentes, por lo que apareció un movimiento de protesta ante este enfoque que perjudica a la industria del Software.

Por otra parte, ahora que la profesión alcanza su madurez, se legisla para profesionalizar la actividad. Recientemente en EEUU la IEEE expedirá licencias para el ejercicio y protección de la profesión, no exigiendo un título universitario ni terciario, sino a través de un examen profesional. Esto no garantiza que el colegiado sea meritorio, pero al menos garantiza un piso de formación, al igual que cuando se pide haber egresado de una carrera para un trabajo.

Lamentablemente en la provincia de Buenos Aires, Argentina, esto está legislado hace ya algunos años, y recurrido en su momento por varias asociaciones como la misma SADIO (Sociedad Argentina de Informática e Investigación Operativa), dado que se pide titulación universitaria para colegiarse, dejando de lado a los veteranos del Software que en su momento, a falta de carreras específicas, eran generalmente físicos, matemáticos, contadores y otros tantos, sin contar con el incalculable caudal y talento de jóvenes entusiastas que a los 17 o 18 años son expertos en la codificación de Software pero según la ley provincial 13.013 no podrían ejercer.

Es raro, porque naturalmente mejorar la calidad de la profesión es algo que todos queremos... pero no como la Provincia de Buenos Aires lo propone.

vía